Cuando llegué no había nadie en recepción, tienes que llamar al timbre (que es de los modernos que hacen una llamada al responsable en ese momento) y te informa del código para abrir la caja donde están las llaves de la entrada principal y de tu habitación. La habitación es muy grande y limpia a conciencia, el olor a lejía daba prueba de ello, esto es algo de agradecer desde luego.
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